06.07.11 - 00:27 -JENNIFER SIMÓN
Están desesperados. 300 pescadores de Carboneras llevan siete meses sin cobrar el paro biológico impuesto por el Gobierno en octubre y noviembre de 2010, han pasado de pescar diez meses a hacerlo sólo tres meses al año, el Gobierno está haciendo que se pierdan en un mar de papeles con normativas y procesos burocráticos sin sentido y la administración, desde Madrid, parece no entender de qué va el trabajo del mar en Carboneras. Por todo ello, Salvador García, en representación personal y también en solidaridad con toda la flota carbonera, se ha puesto en huelga de hambre. Lleva trabajando 21 años en la Asociación de Productores de Carboneras, S. C. A, Cofradía de Pescadores de Carboneras, asegura que hace de «contable, administrativo y subastador de pescado» y tras la última normativa publicada en junio, afirma que tiene que trabajar 24 horas y los 365 días al año porque según esa nueva norma hay que mandar por fax a las distintas dependencias de pesca correspondientes las entradas y salidas con un mínimo de cuatro horas de antelación o una vez terminen las labores de pesca, y dado que los barcos no tienen fax han dejado a las cofradías o asociaciones de pesca para que estos cumplan con esta orden, lo que significa «que igual tengo que mandar el fax a las 6 de la mañana, que a las 3 de la madrugada que a las 9 de la noche», afirma García a IDEAL. Ha intentado, nos explica, ponerse en contacto con el organismo competente, pero «no hay manera de que nos hagan caso, en Madrid no tienen ni idea de lo que es un barco». García afirma que «no tenemos problema en colaborar e informar pero hay otras maneras de hacerlo, por ejemplo, los barcos llevan todos una caja azul (tipo GPS) y están localizados en cada momento», con lo que supone de inútil tener que realizar otra tramitación adicional, además, «les propuse que pusieran un sistema de SMS para que los barcos lo pudieran enviar directamente y me dijeron que no tenían dinero». La pesca en Carboneras, la más artesanal y respetuosa, va a la deriva, ante normas que no sólo no la ayudan, sino que la hunden. Salvador García estará sin comer hasta que la administración responda.